Tratado de Verdún
Mapa conceptual Imperio Carolingio
La leyenda de Carlomagno
Italo Calvino
Italo Calvino
El emperador Carlomagno se enamoró, siendo ya viejo, de una muchacha alemana.
Los nobles de la corte estaban muy preocupados porque el soberano, poseído de
ardor amoroso y olvidado de la dignidad real, descuidaba los asuntos del
Imperio. Cuando la muchacha murió repentinamente, los dignatarios respiraron
aliviados, pero por poco tiempo, porque el amor de Carlomagno no había muerto
con ella. El Emperador, que había hecho llevar a su aposento el cadáver
embalsamado, no quería separarse de él. El arzobispo Turpín, asustado de esta
macabra pasión, sospechó un encantamiento y quiso examinar el cadáver. Escondido
debajo de la lengua muerta encontró un anillo con una piedra preciosa. No bien
el anillo estuvo en manos de Turpín, Carlomagno se apresuró a dar sepultura al
cadáver y volcó su amor en la persona del arzobispo. Para escapar de la
embarazosa situación, Turpín arrojó el anillo al lago de Constanza. Carlomagno
se enamoró del lago Constanza y no quiso alejarse nunca más de sus orillas.