Los romanos llegaron a la Península en el año 218 a.C. Aunque
Escipión desembarcó en el puerto de Ampurias para luchar contra los
cartagineses (2ª Guerra Púnica) los romanos, interesados por las riquezas de la
Península decidieron ocuparla.
Los romanos tuvieron que enfrentarse a varios pueblos
prerromanos de origen íbero y celta, concretamente en la zona de Aragón
destacan los ilergetes y los sedetanos. Estos pueblos acabaron por asimilar la
cultura romana, a este proceso lo llamamos romanización. Algunos de los rasgos
culturales adoptados por los habitantes de Hispania fueron el latín, el derecho
romano y la religión.
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http://www.iberosenaragon.net/yacimientos/50/cabezo-de-alcala.html
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Aragón era un lugar estratégico para la conquista de los
territorios del interior de la Península, por lo que los romanos empezaron a
fundar colonias. Hacia el año se creó la
colonia Victrix Iulia Lépida que luego cambió su nombre por el de Celsa
(Velilla de Ebro). El proceso culminó con la fundación de Caesaraugusta
(Zaragoza) sobre la antigua ciudad ibérica de Salduie. Caesaraugusta
que gozó con el privilegio de llevar el nombre completo del emperador Caesar
Augusto, perteneció a la provincia
Tarraconense, siendo, junto con Tarraco, la ciudad más importante de dicha
provincia. También destacó la ciudad de Bílbilis (actual Calatayud).
En tiempos de Augusto la Tarraconense se dividió en 7
circunscripciones o conventos para agilizar la justicia y el cobro de impuestos.
Caesaraugusta fue la capital del convento que comprendía las actuales Aragón,
Navarra y Guadalajara, así como parte de Guipúzcoa, Lleida y Madrid. Por esta
ciudad pasaban decenas de calzadas y varias vías principales, entre ellas
destaca la Vía Augusta que llegaba hasta Mérida.
Como todas las ciudades romanas Caesaraugusta se
estructuraba en torno a dos ejes: el decúmano máximo (calle Espoz y Mina y
Manifestación) y el cardo (que podría situarse en cualquier punto desde el
Teatro Principal y Puerta Cinegia)
El periodo de mayor apogeo de la ciudad
(siglos I y II, época de Tiberio) trajo consigo muchas de las grandes obras
públicas, de las que aún hoy podemos ver algunas: el foro, el puerto fluvial (que convirtió a Caesarugusta en el principal redistribuidor de
mercancías en el valle del Ebro), las termas públicas, el teatro o el primer puente de la ciudad, situado en el emplazamiento del actual puente de piedra y que probablemente era una obra de sillería o mixta de piedra y madera.